Hace pocos días, Camilo Cuyás, fundador de The Bike Ambulance, nos envió el enlace dal artículo ‘La metamorfosis de las tiendas de bicicletas’ publicado en Raw Cycling Magazine. Un texto más que interesante y un claro ejemplo sobre el cambio/evolución de un negocio hasta ahora offline que ha pasado a ser casi 100% online.

A partir de estas líneas, el contenido que vas a leer es prácticamente un copy/paste del artículo de Sergio Querpache, ya mencionado:

 

En un mundo donde la venta a través de internet gana cada vez gana más terreno, el ciclismo y sus ventas parecen resistir en parte a esa tendencia. Las tiendas de bicicletas, aunque en algunos casos cuentan con canal de venta online, no parecen interesadas en salir del mundo “analógico”.

Cuando entras en una tienda de ciclismo, sueles percibir ese olor a neumático nuevo. Es como una juguetería para niñas y niños grandes, en ocasiones una segunda casa para los más adictos y, en cualquier caso, un lugar donde acudimos para que nos solucionen algún problema en el que nos hemos metido jugando a ser mecánicos.

No obstante, el negocio, en algunos casos, ha cambiado mucho, adaptándose a un mercado cada vez mayor y más exigente. Hemos visto cómo pequeñas tiendas se han convertido en grandes espacios dedicados al ciclismo en todos sus aspectos. Ya no solo se venden bicicletas o piezas de recambio, es mucho más que eso. Pero ¿qué hay de las pequeñas tiendas “de toda la vida”? Pues como ocurre en todos los comercios, cada vez hay menos, pero las que quedan resisten.

¿Por qué pese a haber tantas tiendas de ciclismo y siguen abriéndose tiendas nuevas? Muy sencillo: hay demanda. En muchos países, cuando se han realizado encuestas a su población sobre hábitos de vida, observamos que el ciclismo es el deporte más practicado, aunque sea de forma ocasional. Si a esto le sumamos el entusiasmo con el que salimos a devorar el exterior cuando las medidas de confinamiento se fueron relajando, tenemos como resultado estantes de bicicletas vacíos y muchos negocios y distribuidores sin stock, situación que se está aliviando con las bicicletas de 2021. Si bien es cierto que esta circunstancia ha beneficiado a todo tipo de establecimientos, solo aquellos capaces de anticiparse a las peticiones del consumidor han sabido sacar verdadero partido de ella.

Quizá por eso, la tienda “de siempre” ha podido sobrevivir, con una demanda local siempre presente. Es en esos pequeños talleres donde quizá encontremos ese recambio que parecía imposible de localizar, por mucho que nos hayamos empeñado en desplazarnos por los menús de las páginas web en las que creíamos que lo encontraríamos. Los pequeños comercios pueden convivir con los grandes, las carreteras y montañas nunca han visto circular tanta lycra y no hay visos de que eso vaya a cambiar. En una época en la que tanto nos hablan y preocupan las curvas, esta sigue una tendencia alcista, y es de las buenas.

Y tanta demanda hace que la oferta se adapte a esta nueva situación. Muchos clientes ya no quieren solo una bicicleta, quieren un estudio biomecánico previo para no errar en su talla y vuelven posteriormente a por un conjunto de ropa con la última tecnología y diseño. Esto ha propiciado la aparición de establecimientos impensables hace pocos años, en cuanto a oferta y tamaño.

La demanda ha moldeado a la oferta y no solo ha engrandecido a los negocios generalistas, también han surgido específicos, que hacen foco en necesidades de nuestros días, como falta de tiempo o dificultades para desplazarse. Conceptos como The Bike Ambulance nos demuestran que no está todo inventado. TBA se puso en contacto con Pukkas para diseñar y programar su web, siendo su objetivo, ofrecer su servicio 100% online. Solo debemos rellenar un formulario donde concretamos qué queremos realizar en nuestra bicicleta, seleccionamos una fecha y nos olvidamos; ellos se encargan de recogerla, revisarla y/o repararla y entregártela en la puerta de tu casa. Comodidad para el usuario y rapidez son los dos pilares en los que se fundamenta todo, según nos cuentan los chicos de The Bike Ambulance. Nosotros los resumiríamos en un “despreocúpate”. Detrás del portal web hay un equipo de profesionales, todo es tan analógico como un establecimiento convencional, pero innovando en el “cómo”, para hacerlo atractivo y adaptado a los ajetreados tiempos que vivimos.

Espacios como Velòdrom Barcelona son otro claro ejemplo de negocios que han ido mutando y adaptándose a un cliente cada vez más exigente, en los que podemos desde encargar una bicicleta último modelo de una prestigiosa marca hasta encargar una bicicleta de gravel a medida y acompañarlo con un plan de entrenamiento o un estudio nutricional, por ejemplo, así como encargar un masaje para estar a tope el siguiente fin de semana. El servicio se centra en todo lo que se puede ofrecer al ciclista cuando está encima de la bicicleta, pero también todo lo que viene antes y después de hacerlo.

¿Qué nos deparará el futuro? La digitalización ¿también se impondrá en algo tan outdoor (cuando se puede) y palpable como el ciclismo? El tiempo lo dirá, pero lo que parece claro es que es un animal vivo y que tiene una segunda juventud. Desde aquí os animamos a apoyar vuestros negocios locales, sea un pequeño comercio o un gran espacio.


Octubre 2020
Sergio Querpache / Raw Cycling Magazine