Los negocios se van volviendo más complejos cada día. Las ideas más prometedoras son copiadas e imitadas por los competidores y al consumidor le resulta difícil comprender las diferencias mínimas entre los bienes y servicios que se ofrecen. Al rescate viene la gamificación, un concepto de promoción que combina lo mejor de las mecánicas de los juegos, programas de fidelización y la neuroeconomía.